Desde aquel inicial “POR DINERO” en el año 2009 Microteatro propone mes a mes un tema para inspirar a autores y directores. También en “La pared de enfrente” un artista se deja guiar por el tema propuesto. Además, desde septiembre, el ilustrador Caram comparte con nosotros su propia interpretación del tema a través de sus lápices con un Microtema ilustrado. Si quieres conocer mejor al ilustrador que cada mes llena nuestra web de un color diferente sigue leyendo, ¡te presentamos a Marc Torrecillas!
Los lápices han estado en mi vida desde muy pequeño y tengo la sensación de que nací con ellos. No recuerdo haber pedido nunca que me dejaran dibujar. Creo que mas bien me decían “Anda, dibuja y distráete”.
Un dibujante es alguien que dibuja habitualmente. Más allá de esto no tengo ninguna idea concreta preformada porque hay muchos tipos de dibujantes en función de su profesión, sus inquietudes, sus motivos, etc. El tipo de dibujante que más me interesa es el reincidente, el compulsivo, aquel que dibuja porque no puede evitarlo, ya que normalmente, en mi opinión, es el que tiene algo interesante que decir. Una imagen que me gusta de un dibujante seria la de una persona sentada, un poco apartada y que pasa desapercibida, mirando a los demás, sin hacer más ruido que el que hace con su lápiz al hacer garabatos sobre un papel.
De pequeño leía todo tipo de cuentos ilustrados; me encantaban y aún me encantan. Leía muchos cómics. Mi primer gran descubrimiento fue el mundo de Francisco Ibáñez, con Mortadelo y Filemón, Rompetechos, El Botones Sacarino, 13 Rue del Percebe… Y no solamente por sus dibujos sino por su sentido del humor. Me marcó muchísimo. Luego vinieron los superhéroes de DC y Marvel. Hasta que descubrí El Grito y toda la obra de Edvard Munch, los postimpresionistas como Van Gogh, los expresionistas, Saül Bass y sus carteles, y últimamente he descubierto a Jeffrey Alan Love, con el que me unen estos personajes sombras.
El trabajo que haces dibujando suele ser solitario; puede ser algo muy íntimo y puedes perder la noción del tiempo porque estás encerrado en tu mundo hablando con tus personajes interiores. Lo mismo podría decirse de la escritura teatral: te pones a escuchar a unos personajillos que te han nacido y a transcribir sus palabras. En teatro intervienen más personas y la “locura” tiene que ser compartida y/o entendida por los demás artistas del equipo, y eso ya altera, normalmente para bien, el resultado. La ilustración podría ser una brocha gorda, vieja y sucia, y el teatro un pequeño pincel de pelo de marta, suave, limpio y nuevo.
La caricatura es al dibujo lo que Valle Inclán es al teatro. Véase el pelazo de Max Estrella desapareciendo audazmente por el rabillo del ojo.
De entrada quizás los grandes temas, esos temas más tratados en la cultura, parecen carne de ilustración porque se ha hablado mucho de ellos y todo lo nuevo que se puede decir es muy subjetivo y personal. Se ha escrito tanto sobre el amor, sobre el miedo… El teatro creo que tiene muchos más recursos (la escritura, la música, la danza, el movimiento escénico, el vestuario, la escenografía, el tiempo lineal, la iluminación…) para ahondar en temas más complejos y sacar a relucir diversas posturas y contradicciones, con lo que podemos exponer varias caras, simular discusiones, dar voz a diferentes puntos de vista. Eso es más difícil con la ilustración. Aunque creo que en ambas artes se puede hablar muy bien de todos los temas si se hace un buen trabajo. El medio te condiciona pero no te pone limites hasta el punto de no poder tratar según que tema.
Me interesa destacar los temas que me preocupan, como los fanatismos, la intolerancia, el racismo, la xenofobia o la ignorancia. Me da la sensación que estamos muy enfermos y muy miopes, que ya no somos capaces de ver más allá de nuestras narices. No nos interesa la vida en general sino nuestra propia vida. También me inquietan los secretos que esconden nuestros cerebros, nuestra psique, y lo que podemos llegar a hacer, para bien o para mal. Me expreso para exponer y exorcizar mis miedos y mis dudas, y para destacar y denunciar actitudes o actos que pienso que no están bien. La ilustración puede producir imágenes potentes que hagan reflexionar y el teatro puede provocar el debate, y eso es buenísimo.
Me lo planteo como un reto. Dejo que el enunciado me sugiera personajes y formas. Luego pruebo a hacer esbozos para ver qué formas salen y qué hombres de negro reflejan mejor lo que quiero transmitir. En la medida de lo posible intento no apartarme demasiado de la manera de hacer de estos hombres de negro, que tienen tendencia a ser espectadores y no tanto a hacer cosas.
Pues no veo el futuro, pero lo intuyo más (hombres de) negro. Sea como sea éste, espero hacer cosas que nos sacudan y que no simplemente nos complazcan, cosas que nos hagan soñar y pensar.
Efectivamente, no sabemos qué nos deparará Caram en el futuro, pero sí sabemos qué ilustraciones nos ha regalado ya. ¡Y nos encantan! Si tu también te has enamorado de sus trazos y sus hombres de negro, hazte con tu ilustración favorita por sólo 15 euros. Puedes venir a preguntar directamente en el teatro o pedir información llamando al +34 915 218 874.
Septiembre: POR VOLVER A EMPEZAR
Diciembre: POR UN MICROMUSICAL