Cada semilla que vamos sembrando y depositando a lo largo de nuestra existencia es una muestra de los frutos que finalmente recogemos. Con este claro y conciso concepto el artista y fotógrafo Javier Cerrato, nos sitúa en una de sus exposiciones donde se crea una clara simbiosis entre la fruta y la música.
Cada instrumento posee una semilla. Un lenguaje para que el propio espectador comprenda que todo pasa por un proceso de gestación y que del mismo modo todo se germina y se cultiva con el tiempo. Como aquel niño o niña que empieza aprender las primeras notas de un pentagrama… De esta forma desde la raíz nace el brote y va madurando el fruto hasta convertirse en un gran músico.
|